Debemos tomarnos el tiempo para formar equipos de alto rendimiento y ayudarlos a crecer en la organización, pudiendo llegar a obtener todo su potencial.
Desde que he tenido la oportunidad de formar equipos de trabajo, siempre he sido muy exigente con ello. A lo largo de mi carrera he podido gestionar equipos de dos personas hasta equipos de más de 100 personas, y cada equipo me ha exigido un esfuerzo distinto, pero siempre he mantenido un objetivo común “preparar a un equipo de alto rendimiento”. ¿Y por qué es tan importante formar equipos de alto rendimiento?
Pues lo principal es porque un equipo de alto rendimiento se auto gestiona, aprende, enseña y se vuelve ágil para asumir posiciones distintas en un equipo de trabajo con la finalidad de alcanzar el objetivo que se hayan trazado. Es un equipo que se conoce y confía en el trabajo de cada uno de los integrantes, porque cada uno de ellos da lo mejor de sí para que el objetivo se alcance; y con un equipo así nunca hay pierde. Eso sí, un equipo de alto rendimiento se construye, asignándole tiempo y esfuerzo, pero los frutos resultan más que satisfactorios para todos. Es por ello, que aquí les menciono los principales pasos que sigo para poder llegar a formar este equipo tan deseado:
- Lo primero que hago es conocer a cada integrante de mi equipo, conocer sus motivaciones, identificar sus habilidades, tener claro sus conocimientos, pues todo esto crea un punto de partida distinto para cada uno. Cada uno de nosotros somos buenos naturalmente en unas actividades más que en otras, y es nuestra responsabilidad como líderes identificar en qué es bueno cada uno. No cabe duda que, si ubicamos a las personas en posiciones donde uno es bueno naturalmente, se divertirá con ello, y le será más sencillo asumir esas actividades.
- Identificar el nivel de liderazgo que requiere de mi parte, pues existirán aquellos integrantes que requieren un seguimiento más detallado hasta que vaya cogiendo el ritmo, y habrán otros a los que ya se le puede delegar una actividad y sólo retornarán si es que tuvieron alguna dificultad en ejecutarla. Por lo tanto, aquí se puede determinar el grado de apoyo y el tiempo que necesitan de mi parte.
- Y ahora queda enseñar, enseñar y enseñar… enseñar a base de ejemplo y coaching en el día a día, pero lo más importante con un método distinto en base al nivel de liderazgo que requiere cada persona dentro del equipo. Hay que enseñar a tomar decisiones basados en información a la que pueda tener acceso, enseñar a identificar y mitigar los riesgos, enseñar a priorizar sus actividades pues todo no se puede hacer en un día, enseñar a enseñar, porque cuando uno enseña es cuando más crece en una compañía.
- Finalmente, el equipo crecerá, cada uno de ellos será especialista en uno o varios temas, tendrán sus propios equipos a los que harán crecer del mismo modo. Pero les aseguro, que llegará un momento en que el trabajo fluye de forma colaborativa y todo esto de modo muy ágil, incluso en un ambiente tan cambiante y exigente como una Fintech.
Las compañías están conformadas por personas, ellas son las hacen la cultura de la compañía, las que ponen los objetivos, los alcanzan y los sobrepasan; debemos tomarnos el tiempo para formar equipos de alto rendimiento y ayudarlos a crecer en la organización, pudiendo llegar a obtener todo su potencial. No hay nada que me cause más satisfacción que ver a mi equipo estableciendo estrategias, tomando decisiones, ejecutando, estableciendo objetivos y retándose ellos mismos a alcanzar nuevas metas.