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¿Por qué evitar el dinero físico?

Desde hace algunos años, viene sonando con fuerza el término “desaceleración del uso de efectivo”. Si bien es una tendencia que ha cobrado fuerza a nivel mundial, no se concretaría de forma inmediata, pues aún quedan muchos procesos previos por cumplir antes de poder acceder a esta etapa. Su finalidad se centra redirigir los pagos y realizarlos a través de diversos medios electrónicos; quedando un largo camino por recorrer.

Las limitantes para agilizar este proceso, se basan en: la corrupción, la informalidad y la escasa inclusión financiera, que resulta ser el telón de Aquiles a nivel Latinoamérica; si bien los países que lo conforman han mantenido una política económica estable (la mayoría incluso con tendencia a crecimiento) se ha visto ensombrecida debido a la corrupción.

Ampliando lo mencionado en líneas previas, Matias Maciel, CFO y Co-Founder de Rextie, mencionó en una entrevista que: “El uso del efectivo, si bien es por lejos el más utilizado para las operaciones cotidianas, tiene varios aspectos negativos. Quizás el más evidente es la exposición a recibir billetes falsos, lo cual tiene el efecto de hacernos perder, literalmente, nuestro dinero. Otro aspecto relevante es que mediante el uso de efectivo, es imposible saber la procedencia que tiene ese dinero. Si se trata de dinero formal o informal”.

La informalidad, representada en el Perú por el 71% de personas de la PEA en el último trimestre del 2019, ha facilitado el manejo de dinero en efectivo. Se calcula que a la fecha, debido a la crisis sanitaria, el porcentaje de trabajadores informales se ha elevado en 6% aproximadamente. Para reducir la informalidad se debe contar con un marco regulatorio sólido, compromisos donde se involucre el gobierno, sector privado y educación; con ello, la inclusión financiera y posterior bancarización.

La inclusión financiera, está orientada a alcanzar a mayor cantidad de personas, de diversos segmentos, con el fin de tener acceso a productos financieros útiles, que los ayuden a optimizar sus recursos y mejorar sus oportunidades personales y de negocio.

Es preciso mencionar que el uso del dinero en efectivo, necesita mayor demanda de tiempo y trabajo manual para el conteo, realizar una revisión sobre gastos y a la vez hacer el seguimiento respectivo. En el caso de medios pago alternos o electrónicos, llevar un monitoreo sobre los flujos de entrada y salida de dinero significan una tarea más sencilla. Recordemos años anteriores, cuando necesitábamos realizar la compra o venta de dólares, se tenía que ir de forma presencial a la casa de cambio. Hoy, ello ha cambiado y gracias al innovador modelo de negocio de Rextie, puedes realizar tu cambio digital a través de https://www.rextie.com/ de forma rápida, desde tu hogar, sin exponerte a salir a la calle con dinero en efectivo.

Las ofertas, promociones y descuentos, han sido incentivos para promover el uso de medios distintos al efectivo. Es común ver la publicidad de los grandes retailers en sus campañas de cambio de temporada, lanzar precios muy atractivos de pago con ciertos tipos de tarjeta, esto estimula y genera interés para el cliente, que atraído por los descuentos acudirá a realizar su compra, sin necesariamente utilizar dinero físico.

Por tomar como ejemplo la realidad en Suecia, la política de pagos ha sido más radical y se ha orientado, prácticamente, a desaparecer el dinero en efectivo. En este caso las transacciones a través de plásticos (tarjetas de débito y crédito) alcanzan el 80% de los pagos. El dinero en efectivo es casi inexistente debido a las políticas que ha implementado el gobierno de ese país. En el caso de los comercios pequeños, se ha implementado desde el 2012 un tipo de pago llamado “SWISH”, que se asemeja a una billetera electrónica, en el que a través del número de celular y un sistema desarrollado, pueden realizarse pagos en línea.


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